Casarse con un ciudadano estadounidense puede ofrecer ciertas ventajas, dependiendo de la óptica en que se mire. Por ejemplo, es positivo en caso de querer hacer vida en Estados Unidos.
En este sentido, un ciudadano americano puede pedir a su pareja extranjera para casarse en los Estados Unidos. El documento que autoriza la entrada de la pareja extranjera se conoce como visa de comprometidos, fiancé o visa K-1. Este trámite cuesta, en promedio, $2,025 USD.
Y, luego de celebrar el matrimonio, el cónyuge extranjero puede solicitar la residencia legal permanente en EE.UU. (Green Card).
Si el matrimonio tuviese lugar fuera de los Estados Unidos, el ciudadano debe solicitar una visa de matrimonio. Que, dependiendo del tiempo que llevan de casados, podrá ser:
- La visa CR-1. Aplica cundo la pareja ha estado casada por menos de dos años. Y, el cónyuge podrá obtener una residencia condicional vigente por dos años.
- La visa IR-1. Aplica cundo la pareja ha estado casada por más de dos años. Y, el cónyuge podrá obtener residencia como familiar inmediato vigente hasta por diez años.
En cualquiera de los dos casos (visas de matrimonio CR-1 y IR-1) se trata de visas equivalentes a la Green Card. Sin embargo, las visas CR-1 son emitidas por el consulado o embajada de EE.UU. en el país originario del conyugue. Estos trámites cuestan, en promedio, $1,200 USD.
Como vemos, la ventaja más significativa de casarse con un ciudadano americano es obtener la tarjeta de residencia. Con lo cual, el conyugue extranjero podrá permanecer legalmente en el los EEUU y llevar una vida normal. Además, con el tiempo, podrá solicitar la ciudadanía estadounidense mediante naturalización.
Asimismo, si el conyugue posee hijos, casarse con un ciudadano americano le permite llevarlos a los EE.UU. Y, hacer una petición para que se vuelvan residentes.